EDUCACIÓN SANITARIA: DEL BIENESTAR INDIVIDUAL AL BIENESTAR COMUNITARIO

Health literacy

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La emergencia sanitaria ha puesto de relieve la importancia de la educación sanitaria (health literacy). Pero ¿qué significa realmente este fenómeno y cuáles son sus efectos?

Educación sanitaria: la concienciación sobre la atención sanitaria

El concepto de educación sanitaria hace referencia a la capacidad de comprender y utilizar la información relativa a la salud, así como de acceder a los servicios sanitarios, a través de la toma de decisiones conscientes.

Por lo tanto, educación sanitaria no solo se refiere a la comprensión de aquellos términos relacionados con el mundo de la salud y que estamos acostumbrados a ver en múltiples folletos informativos, sino que consiste en una estrategia que promueve el empoderamiento de la ciudadanía, es decir, la capacitación de la población para que pueda acceder a la información y a los servicios de manera consciente y utilizarlos con la máxima eficacia posible.

El concepto parte de la siguiente premisa: el paciente tiene un papel activo en el manejo de su propia salud.

Infodemia: el reto de lograr una adecuada educación sanitaria

A raíz de la pandemia de COVID-19, se ha constatado la necesidad de que la educación en salud pase a ser una inversión pública fundamental y estratégica, tanto a nivel individual como colectivo.
La pandemia nos ha obligado a comprender y ajustarnos a una serie de normas de salud impuestas por el gobierno, en un contexto caracterizado por una cantidad excesiva de información que, además, estaba sometida a actualizaciones constantes y, a menudo, era contradictoria.

La OMS ha descrito este exceso de información como infodemia: la exposición a demasiadas noticias dificulta la identificación de fuentes fiables e indicaciones veraces en momentos críticos.

¿Cómo podemos evitar la infodemia?

A través del uso de un lenguaje simple, claro, inclusivo y dirigido a todos los sectores de la población. Un ejemplo muy interesante es el Covid-19 Health Literacy Project, que contiene información útil sobre la enfermedad traducida a más de 40 idiomas para ayudar a los usuarios a entender cuándo y cómo deben pedir ayuda, y cómo encontrarla.

Una ventana a Europa

En 2018 se creó la primera red europea para medir los niveles de educación sanitaria. Se trata de la M-POHL (Action Network on Measuring Population and Organizational Health Literacy) y su principal objetivo es analizar, a través de encuestas cognitivas y comparativas, la calidad de la educación sanitaria entre la población adulta de los distintos países de la UE.

En 2017 se llevó a cabo un estudio, en forma de encuesta autoevaluativa, en el que se analizaron los niveles de educación sanitaria de varios países de la UE. Los resultados obtenidos en Italia son preocupantes, situando a este país en la parte inferior del ranking (alrededor del 55 % de la población italiana posee un nivel insuficiente de educación sanitaria).

El estudio también indica que, en el norte de Europa, concretamente en los Países Bajos, se hallan los mejores niveles de educación sanitaria, mientras que en España y Bulgaria la carencia de educación sanitaria se observa en más del 60 % de la población. Grecia y Polonia ocupan posiciones ligeramente superiores en la clasificación, con un 44 % de falta de educación sanitaria.

 

El ejemplo de Países Bajos pone de manifiesto que el hecho de aunar esfuerzos para empoderar tanto a las personas, de forma individual, como a la comunidad, utilizando una buena comunicación en el sector de la salud, se traduce en un aumento significativo de la educación sanitaria y, en consecuencia, de la gestión de la salud.

Para lograr una mejora de la educación sanitaria es imprescindible crear soluciones concretas. Algunos ejemplos de ello son los mensajes de texto al móvil con recordatorios sobre la toma de medicamentos o la próxima analítica, páginas web interactivas que permitan visualizar un recorrido por el transcurso de la enfermedad, glosarios de enfermedades publicados en las redes sociales, stories en Instagram con encuestas que evalúen el nivel de conocimiento sobre ciertos temas y las interacciones por voz basadas en el aprendizaje automático.

Todavía queda un largo camino hasta lograr una educación sanitaria generalizada. Sin embargo, gracias al gran avance de la tecnología digital y a un enfoque cada vez más orientado a la experiencia del paciente, se vislumbran resultados muy prometedores.