PSP CON UN DISEÑO SUPRANACIONAL

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El creciente número de publicaciones y estudios observacionales sobre los PSP en Europa a lo largo de los últimos diez años pone de manifiesto la importancia de su impacto en la atención sanitaria. Sin embargo, según apunta la literatura del sector (The Impact of Patient Support Programs in Europe: A Systematic Literature Review”), para que estos programas puedan alcanzar su máximo potencial, se necesitan unas directrices y recomendaciones que los armonicen a nivel europeo, de modo que se estandaricen sus métodos, se mida su impacto sistemáticamente y se desarrollen tecnologías digitales y modelos de atención que puedan incorporarse a la oferta de cada país.

Los retos de la globalización

Cada PSP tiene sus propios retos y requiere un diseño orientado a objetivos, a sus destinatarios y a los países en los que se va a implementar. No existe una fórmula plug-and-play que se pueda reproducir en varios territorios, pero lo que sí es posible es definir una serie de características estandarizadas que permitan hacer adaptaciones en función del país. Por lo tanto, en la relación entre la industria farmacéutica y los sanitarios resulta imprescindible proporcionar valor a todos los stakeholders implicados en el PSP, supervisar y analizar los servicios y productos ofrecidos desde una perspectiva basada en datos, y optimizar la aplicación de las normas y el RGPD en el tratamiento de datos personales y la privacidad.

El retorno económico

Hoy en día las empresas de healthcare tienen la función de desarrollar tratamientos y servicios que acompañen a las personas con enfermedades raras, crónicas o degenerativas (y a sus cuidadores) durante todo el tiempo que están en terapia. El PSP es el instrumento que puede dar respuesta a esta combinación de terapias y servicios, garantizando la seguridad del paciente y la farmacovigilancia mediante el seguimiento de todos los efectos secundarios potencialmente graves. Además, contribuyen también a una mejor gestión de la enfermedad (especialmente en las patologías crónicas), un seguimiento a largo plazo y, en consecuencia, una mayor efectividad del tratamiento.

En un documento informativo de 2018  de la Confederación NHS, que respalda y habla sobre el sistema sanitario en Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte, se afirma que los más de 15 millones de pacientes con enfermedades crónicas son los que generan un mayor consumo de recursos asistenciales del sistema sanitario nacional del Reino Unido, con un promedio del 55 % de las citas médicas de atención primaria, el 68 % de las consultas ambulatorias y de urgencias, y el 77 % de los días de hospitalización. Por lo tanto, el principal objetivo es mejorar la atención a los pacientes crónicos para una gestión más efectiva de los presupuestos destinados a salud. La solución a este reto pasa por diseñar PSP eficaces que se centren en una gestión digital y asistencial teniendo en cuenta las necesidades del paciente.

Soporte digital y atención domiciliaria

Un estudio realizado por Rock Health Advisory, acelerador de innovación en salud digital, que trata sobre el aumento de las inversiones y de las startups de salud digital, revela que el interés de los inversores en telemedicina, gestionada de forma remota a través de plataformas mHealth, generó un volumen de ventas de 6.000 millones de dólares solo en 2017. Las tecnologías digitales requieren, sin lugar a dudas, una atención considerable tanto desde el punto de vista de la estructura del servicio prestado —con el objetivo de garantizar que se dispone de los elementos necesarios para el cumplimiento de obligaciones como la farmacovigilancia—, como en todo lo referente a la protección de datos personales. No obstante, es importante destacar que también abren las puertas a nuevas formas de personalizar los PSP y de agilizar los procedimientos a nivel internacional. Gracias a las innovaciones tecnológicas y a las soluciones de software, es posible desmaterializar el patient journey y hacer que todo el proceso de atención y el trabajo de las personas que intervienen en él, desde el paciente hasta el médico y los profesionales sanitarios, sea más eficiente. En cambio, en el caso de la prestación de servicios sanitarios presenciales, como la atención domiciliaria, es necesario contar con unos conocimientos y una estructura que, además de adaptarse a la realidad individual de cada país, respete los procedimientos y reglamentos previstos por los organismos supranacionales, como la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), el Comité de Terapias Avanzadas (CAT) y el Comité de Medicamentos de Uso Humano (CMH).

DISEÑO DE SERVICIOS DE ATENCIÓN SANITARIA: HERRAMIENTAS Y CONSEJOS PARA DISEÑAR UN PROGRAMA DE SOPORTE A PACIENTES

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Las necesidades no cubiertas, el patient journey, los esquemas de servicio, los mapas de stakeholders y la ingeniería de procesos son solo algunas de las herramientas que intervienen en la creación de programas de atención sanitaria funcionales y centrados en el paciente.

El principal desafío al que se enfrentan los actores del sistema sanitario nacional e internacional en su día a día es asegurar la sostenibilidad de un sistema que se caracteriza, cada vez más, por limitaciones presupuestarias y por necesidades diversificadas y personalizadas. Este reto, precisamente, ocupa el centro de los grandes debates sobre nuevos modelos de atención sanitaria.

¿Qué hay de los Programas de Soporte a Pacientes? Ya estén relacionados con la adherencia terapéutica, la formación sanitaria, el fomento de un mejor estilo de vida o cualquier otra forma de gestión de la cronicidad, los PSP se consideran herramientas que sirven para racionalizar los recursos y, al mismo tiempo, responden a las necesidades cada vez más personalizadas de los actores implicados.

Con el fin de cumplir el compromiso de mejorar los resultados de los pacientes, y ahorrar en costes al mismo tiempo, el programa debe ser funcional, intuitivo, flexible, estandarizado, pero a su vez personalizado. Los actores que participan en su creación, ya sean farmacias, hospitales, clínicas privadas, laboratorios farmacéuticos o de productos sanitarios, deben ser capaces de mantener unos modelos de comunicación y unos roles claros y efectivos.

Pero ¿de qué herramientas disponemos para conseguirlo?

El Service Design es un enfoque de diseño que requiere una serie de competencias específicas (médicas, analíticas, de escucha y de ingeniería de procesos y Tecnologías de la Información) que deben gestionarse de manera efectiva con la ayuda de las distintas herramientas disponibles. El objetivo es ofrecer un servicio excelente de la forma más rápida y económica posible.

¿Cuáles son las bases de este enfoque?

PRIMERA REGLA: ESCUCHA CONTINUA

Podemos identificar las necesidades de los destinatarios del programa con la implementación de procesos de escucha continua en varios canales. Por ejemplo, un blog para pacientes o médicos es una herramienta esencial para un rastreo constante de las necesidades no cubiertas dentro de un área terapéutica específica. Las entrevistas estructuradas, cuando se realizan con cierta frecuencia en una muestra poblacional, también pueden ser un método eficaz para verificar las necesidades de los pacientes y de la comunidad científica.

Las necesidades no cubiertas, a las que el programa ha de responder, deben examinarse con detenimiento y, sobre todo, cuantificarse. Para ello, existen varias herramientas, como los focus groups, que sirven para analizar los aspectos cualitativos y construir mapas de experiencia, o los cuestionarios, que permiten cuantificar y etiquetar las categorías de los beneficios, dimensionando las posibles inversiones que se destinarán a la construcción del programa.

SEGUNDA REGLA: CONSTRUCCIÓN PARTICIPATIVA

La creación de un programa que satisfaga las necesidades de una variedad de actores debe tener en cuenta su punto de vista, ya sean pacientes, médicos, hospitales, farmacias, instituciones, etc. Los advisory boards de servicios son una herramienta útil para dar voz a los médicos, así como los paneles de discusión y las mesas redondas institucionales, donde el rol de los pacientes más experimentados puede ser de gran valor.

Las conversaciones entre las diferentes figuras se pueden dinamizar tomando como base el patient journey de una patología en concreto.

TERCERA REGLA: PROCESOS FUNCIONALES E INTUITIVOS

El programa, como cualquier organización, será funcional siempre y cuando se base en procesos sencillos e intuitivos. Por este motivo es necesario combinar recursos de ingeniería de procesos y de experiencia del usuario.

En este sentido, destacamos herramientas como los esquemas de servicio y los mapas de procesos, que son representaciones simplificadas de la secuencia de tareas. Los primeros se centran en las interacciones entre los distintos actores y en los puntos de contacto que hay que tener en cuenta para garantizar que la experiencia de todos los destinatarios implicados sea positiva. Los segundos se basan en la secuencia de tareas y flujos, con el fin de evitar cuellos de botella o la falta de eficacia de la información mientras se use el programa.

CUARTA REGLA: CERTIFICAR EL VALOR DEL PROGRAMA

No es de extrañar que en un momento en que se empieza a tomar conciencia del valor de los datos, las empresas y los proveedores de programas de alto valor añadido se vean obligados a demostrar estadísticamente su eficacia y el valor que aporta su oferta. Aquí es donde entran en juego las encuestas de satisfacción del cliente, que puede planificarse durante la fase de diseño y solicitarse a los usuarios del programa con cierta frecuencia, los casos clínicos basados en la recopilación de datos y los informes sobre datos de adherencia que generen consideraciones clínicas y farmacoeconómicas.