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LAS PALABRAS SON IMPORTANTES: EL LENGUAJE EN EL ÁMBITO DE LA SALUD

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Tiempo de lectura: 4 minuti

¿Podemos cuidar a las personas a través de las palabras? La respuesta es sí.

El lenguaje nos ayuda a transmitir información, pero también historias, ideas, valores, la percepción de uno mismo y, sobre todo, respeto. Cuando hablamos de lenguaje inclusivo en salud, no solo nos referimos al género, sino también a eliminar, especialmente, la sobreextensión del concepto de enfermedad. Si nos dirigimos a una persona como «enferma» y la tratamos como tal, estamos transmitiendo un mensaje muy claro: la enfermedad es lo primero. Pero ¿y si esto no fuera así?

UN CAMBIO DE PARADIGMA EN EL SISTEMA DE SALUD

Cuando hablamos de enfermedad, ya no nos referimos únicamente a un conjunto de factores biológicos y genéticos, sino a una condición multifactorial en la que entran en juego el contexto social, laboral, ambiental, económico y lingüístico de la persona, mezclado con la propia autopercepción. Este nuevo paradigma del cuidado se orienta cada vez más hacia la creación de un ecosistema de participación activa, tal y como explica Guendalina Graffigna en un artículo*, profesora asociada de la facultad de Psicología y coordinadora del Centro de Investigación EngageMinds HUB de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán.

Por lo tanto, la persona ya no se sitúa en el centro del sistema de salud, sino que forma parte del mismo, pasando de ser el sujeto observado a tener un papel fundamental en el proceso de codecisión de sus propios cuidados. Para lograr este enfoque, debemos identificarla como persona activa en la que confluyen todos y cada uno de los aspectos de su existencia: trabajo, gustos, aficiones y, sobre todo, la manera de afrontar su enfermedad.

El lenguaje, por tanto, es el encargado de reflejar este nuevo enfoque, evitando el uso de palabras como «enfermo» o «enferma» que, si bien se corresponden plenamente con la definición clínica, reafirman un prejuicio basado en una visión pasiva de su estado de salud. La investigación tanto científica como farmacéutica, combinada con las soluciones digitales que se encuentran al servicio del cuidado de las personas, nos ayudan a alejarnos del concepto de enfermedad como único elemento identificativo de la persona. De ahí que el lenguaje utilizado en recursos audiovisuales contenga una nueva narrativa, más acorde con la necesidad de las personas de ser reconocidas como tales.

FOMENTAR LA ACCESSIBILIDAD A TRAVÉS DEL LENGUAJE

La inclusión solo puede lograrse ampliando los puntos de accesibilidad. En salud, al igual que en cualquier otro ámbito, esto requiere la elaboración de una información en la que las diferencias queden representadas, incluso las menos comunes.

En los últimos años, el lenguaje intenta evolucionar para evitar la marca de género en los textos, dejando lugar a la autodeterminación individual de la persona, sin estereotipos. Ahora bien, ¿qué ocurre si estas técnicas interfieren en la comprensión de un texto para aquellas personas con trastornos de la lectura?

En diferentes instituciones buscan armonizar estos recursos para unificarlos evitando confusión. Un ejemplo lo encontramos en Italia, donde con el fin de resolver este tipo de situaciones, la Universidad IUAV de Venecia ha elaborado un documento en el que se recogen unas directrices para una comunicación inclusiva y unos principios de escritura accesible. Este documento habla, por ejemplo, sobre los caracteres, las estructuras y los contenidos que deben incluirse en los textos para que la escritura sea accesible a personas con discapacidades específicas de aprendizaje, con discapacidades intelectuales o personas de edad avanzada. Asimismo, la guía también proporciona algunas ideas sobre el lenguaje icónico de los materiales divulgativos para superar estereotipos y prejuicios, asegurando así una representatividad equitativa y justa.

LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS NOS AYUDAN EN EL APOYO A LAS PERSONAS

La inclusión no solo se basa en eliminar las marcas de género en el lenguaje, sino que constituye un desafío mucho más complejo que surge a partir de la experiencia de las personas directamente afectadas por estas cuestiones. En este sentido, la tecnología proporciona apoyo no solo a través de la escucha, sino también dando voz y herramientas a las personas que reciben asistencia.

Sin ir más lejos, gracias a su rápida evolución en el campo de la comunicación humana, la IA ha mejorado la accesibilidad a la asistencia sanitaria, facilitando la interacción con los profesionales sanitarios.

Por otra parte, las organizaciones internacionales también están avanzando cada vez más hacia la mejora de la inclusión. Un ejemplo de ello es el World Wide Web Consortium (W3C), una organización sin ánimo de lucro cuyo objetivo es mejorar la accesibilidad digital de las personas con discapacidad que puedan experimentar dificultades a la hora de utilizar tanto ordenadores como Internet. Esta realidad ha llevado a establecer una serie de pautas para fomentar la accesibilidad de una página web, como por ejemplo ofrecer alternativas equivalentes al contenido audiovisual, evitar el uso de un solo color, comprobar que los documentos sean claros y simples, proporcionar mecanismos de navegación más accesibles, garantizar que el usuario pueda identificar los cambios de contenido a lo largo del tiempo y garantizar la independencia del dispositivo. En definitiva, se trata de reforzar una serie de puntos para eliminar las barreras arquitectónicas, digitales y sociales mediante la creación de entornos virtuales con un diseño y un proceso más simple que los vuelva más accesibles.